miércoles, 25 de julio de 2012

Deporte y Vínculo

Iba a hablar de las Olimpiadas, segura de que todos los amantes incondicionales del deporte me saltarían a la yugular, a explicar por qué las detesto. Lo resumiré porque quiero hablar de otra cosa que se me antoja más importante, o más urgente.

OLIMPIADAS, DEPORTE Y EJERCICIO: La práctica diaria de ejercicio físico es algo que debería formar parte de la educación. Cierta disciplina de este tipo es esencial para el correcto funcionamiento y cuidado de nuestro vehículo, el cuerpo, y además proporciona una muy buena herramienta de canalización  y exorcismo de energías mentales. Nunca he entendido que Gimnasia sea una asignatura, en vez de un hábito. Ahora bien, ese cuento de las Olimpiadas como emotivo encuentro entre naciones nunca me lo he tragado. Competir entre países es insano, como lo son las guerras. Otra cosa sería la competición limpia entre individuos que son cracks en su campo, ya sea saltando palitos, lanzando martillos, corriendo tras una zanahoria imaginaria o saltando desde un trampolín. El ejercicio es necesario, el deporte es un entretenimiento que gusta, y sobre todo los espectáculos masivos tienen un atractivo indudable para la población mundial. Normalmente, qué curioso, las Olimpiadas suelen aprovecharse para la especulación inmobiliaria, la construcción de enormes circuítos que luego no se vuelven a usar nunca más y para que las ciudades se llenen de guiris y los comercios intenten hacer su agosto. Así que, para una persona a la que no interesa demasiado el Deporte como espectáculo, que se aburre soberanamente sin remedio en su observación, las Olimpiadas son un coñazo, un engañabobos masivo y una herramienta más del sistema para especular legalmente. Las de Londres este año tienen para mí algo especial: si la profecía de Parravicini se cumple, veremos si a Gasol le hace tanta ilu llevar la dichosa banderita. 

LA OTRA COSA: Es lo que me lleva rondando desde hace meses. Creo que aún no estoy preparada para hablar de ello pero intentaré por lo menos hacer un avance. En materias profundas una no siente que tenga nunca la suficiente información, ni el estilo, ni la sabiduría. Pero oigan, últimamente, los acontecimientos me empujan a una nueva visión de los seres humanos y su interacción con el entorno, que nunca antes se me había aparecido así. Se trata de la espiritualidad, si quieren llamarlo de ese modo, aunque yo sospecho que se trata más bien del respeto al Vínculo, a la relación de la Humanidad con su planeta y el Universo, a la comunicación emocional, interna, que desarrollamos los unos con los otros en este cortísimo plazo que es la vida, a la construcción cultural que hacemos al respecto. Las Religiones han sido, se supone, las guardianas de ese paquete, aunque ya sabemos que han degenerado más bien en facciones políticas y económicas, síntoma inequívoco de la pobreza y la miseria en la que hemos envuelto el Misterio de la Vida y del Amor. Yo odiaba las religiones porque las asociaba a las iglesias, es decir, confundía el mensaje motor con el mal uso por parte de las organizaciones que alrededor se forman. Siento de una manera muy palpable para mí que hemos perdido absolutamente el Víncculo entre nosotros, el Vínculo con lo que somos, lo que hemos sido. Si una presta un poquito de atención, y a mí siempre me han gustado mucho las mitologías, se encuentra con la misma historia contada de distinta forma, con diferentes disfraces. Ese siempre sorprendente y espectacular parecido entre Leyendas que surgen de lugares remotos del planeta sin aparente comunicación física entre sí  (los Ancient Aliens Theorist tienen su propia idea al respecto, muy divertida por cierto, ¡ciencia-ficción en la antigüedad!) me hace imaginar que en nuestra infancia como especie fuímos mucho más conscientes de nuestra ignorancia, y como hacen los niños y los adolescentes, convertimos en Sagrado todo aquello que sentíamos intangible y estrechamente ligado a nuestra capacidad de emoción. Es decir, procuramos a través de los Mitos, conservar en un lugar especial nuestra inocencia.
Me pregunto si esta obsesión por la juventud de nuestra cultura no será un reflejo precisamente de esto. Conservar un cuerpo joven y activo más tiempo es, sin duda alguna, una prioridad de absoluta necesidad para el Ser Humano. Pero hacerlo así, sin fondo, siendo nada más que cuerpos perfectos modelados en el quirófano, mantenidos en el gimnasio y reflejados en el espejismo de Photoshop, no nos hace recuperar de ningún modo, ni tampoco conservar, un ápice de lo que verdaderamente nos gustaría alargar de nuestra infancia y adolescencia: la inocencia, la inconsciencia, la magia de la aventura y lo desconocido, la maravilla de la Vida. Pues la explosión hormonal y la brutal capacidad de absorción de nuestro cerebro en aquellos momentos es precisamente lo que no puede obtenerse de manera artificial (al menos, de momento) y así intentamos retener desesperados, atrapados por la imagen externa, la juventud eterna. Buscando sin cesar la novedad, saltando sobre la superfície, arrastrados por la corriente, perversamente manipulados por quienes conocen nuestras debilidades y las usan para vendernos productos, hemos olvidado lo que nuestros ancestros trataban de explicarnos. Con gran generosidad por su parte. Cosa que no podrán decir de nosotros los que nos sigan.
No sé si soy capaz de explicarme. A todas luces, las empresas que se han hecho cargo de guardar ese sentimiento de Vínculo han fracasado, dejando como resultado una aterradora soledad. El Ser Humano, algunos por lo menos, se aferran a los dogmas como a un clavo ardiendo, por ese mismo motivo. Las religiones se han convertido en libros de instrucciones  que no han sabido renovarse, han metido las narices donde nunca se les debió haber permitido y han condenado al Vínculo a la inutilidad práctica. Así, huérfanos de conexión, andamos como zombis sedientos. 
Por primera vez en mi vida, hija como soy del pensamiento laico BCN's typical, me planeto la importancia de la religión, no como organización si no como expresión del Vínculo. Incluso empiezo a entender la necesidad de Héroes y Heroínas, de Mitos, de personajes que representen los mejor de la Humanidad, para tener un espejo verdadero en el que mirarse.

Si me siguen el hilo, hablaremos más de esto.
Buenos días, terrícolas :)

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